Paraguay comenzó mejor. Pisó firme en terreno contario, presionó en la mitad de cancha ante cada intento de salida de Brasil y encontró en Estigarribia a un hombre clave para desequilibrar por la izquierda del ataque ante un Dani Alves desconocido que nunca pudo controlar al volante que viene de actuar en Newell's. A los de Martino sin embargo les costó en los últimos metros y solo inquietaron dos veces a Julio César en el mismísimo arranque del cotejo.
Brasil recién hizo pie en el juego cuando pasaron los 20 minutos de la primera mitad. Paraguay ya no presionó tanto y los de Menezes fueron sumando gente a campo rival. El medio guaraní perdió presencia y la defensa mostró algunas grietas. El encuentro tuvo algunas llegadas de la selección verdeamarela pero cayó en un pozo del que salió cuando Jadson abrió el marcador con un remate cruzado a los 38'.
Brasil era una sombra, sin variantes y con un Neymar apagado que encima se perdió un gol increíble con el cotejo 1-1. Tras verse en desventaja no mejoró ni en lo que respecta a actitud. Sólo la historia hacía que casi por inercia intentara buscar el arco contrario. Paraguay despilfarró un par de ocasiones que hubiesen definido el partido y lo pagó caro. Tras eso el Scracht hizo trabajar a Justo Villar en un par de ocasiones pero llegó a la igualdad en el momento que nadie lo preveía, a falta de un minuto, cuando Fred definió en el área una buena habilitación de Ganso.
En el balance, pese a algunas intermitencias, Paraguay fue superior. Brasil, como en el encuentro ante Venezuela, decepcionó. Sus figuras no aparecen y solo se ven destellos del buen fútbol que la caracteriza. Algo similar a lo que sucede con Argentina. Tan parecido es su presente que está obligado a ganar en la última fecha (ante Ecuador) para no llevarse ninguna sorpresa desagradable.
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