COPA AMÉRICA -CUARTOS DE FINAL: ARGENTINA 1 (4) URUGUAY 1 (5)

Otra frustración y van.... Argentina, como suele sucederle de un buen tiempo a esta parte, volvió a quedarse con las manos vacías. Ni el condimento se organizar la Copa América le dio un plus a esta pobre selección. Porque si bien es cierto que anoche en Santa Fe estuvo más cerca de quedarse con la victoria que su rival, el conjunto de Batista sigue siendo un cúmulo de buenas individualidades. Uruguay, en cambio, es un equipo. Con aciertos y errores sabe lo que quiere y cómo lo quiere en momentos de contratiempos. La Celeste empató 1-1 en los noventa jugando casi 50 minutos con un hombre menos y luego fue eficaz en los penales para quedarse con el boleto a cuartos de final.  

El tempranero gol de Diego Pérez a los 5' quemó todos los libros. Argentina casi no tuvo tiempo de mostrar sus cartas y tuvo que salir a hacerse dueña del trámite desde el arranque. Y pese a la desventaja fue en ese primer tiempo en que Argentina exhibió su mejor repertorio. Fue paciente para trasladar el balón hasta inmediaciones del área, precisa para pasársela a un compañero y peligrosa cuando merodeó el arco de Muslera.

Lionel Messi se movió por el sector derecho y fue incontrolable para los marcadores uruguayos quienes debieron hacerle falta continuamente para frenarlo. Encontró en Gago a su mejor socio y motivó a la gente con cada arranque, con cada gambeta. Perecía ser su noche ante una selección uruguaya que, pese a la ventaja, mostró su peor cara en esa etapa. Sin libreto para contrarrestar al hombre de Barcelona, apelando a la infracción sistemática y casi sin ataque cuando tuvo la posibilidad de adueñarse de la pelota. Sólo llevó peligro en jugadas de balón parado, cuando los centros de Forlán desnudaban las increíbles deficiencias defensivas argentinas, remarcadas por un pobre nivel de la dupla central Burdisso-Milito.

Un pases milimétrico de Messi a la cabeza de Higuaín estableció la paridad a los 31'. Argentina fue por más pero sintió una merma en el aspecto físico, lógica tras un vertiginoso primer tiempo, y ya no fue tan profunda. Antes del final de esa etapa, a los 38', Diego Pérez se fue expulsado y pareció allanarle el camino a los de Batista. Sin embargo la segunda parte fue muy distinta.

Uruguay no se apichonó por el hombre de menos en el segundo periodo. Controló mejor a los hombres más desequilibrantes de Argentina (Gago ya no gravitó) y tuvo coraje y orden para avanzar metros en campo rival. Batista optó por desplazar a Messi al centro del campo tal vez pensando que allí podía influir más ante la expulsión de Pérez. Pero La Pulga perdió peso, ya no apareció en toda su dimensión y el elenco albiceleste empezó a perder chances.

Los de Tabárez se las ingeniaron para generar riesgo gracias a los incansables Forlán y Suárez quienes complicaron siempre a los defensores argentinos, autores ellos ahora de innecesarias faltas sistemáticas para detenerlos. Argentina retomó la buena senda en el tramo final de la etapa donde se agigantó la figura del arquero Fernando Muslera, vital en ese lapso para sostener la paridad.

La expulsión de Macherano a los 41' le sacó a la Argentina la superioridad numérica que nunca se notó. El tiempo suplementario mostró a una los de Batista con acumulación de hombres en ofensiva pero carente de ideas, aunque paradójicamente con buenas ocasiones para quedarse con la victoria. Ahí apareció una vez más Mulsera, vislumbrándose que podía ser el hombre de la noche. 

Y Muslera lo fue. Se quedó con el remate de Tevez en la definición por penales y con la ilusión de Argentina de levantar un Copa que le viene siendo esquiva desde el 93. Uruguay, en el día que conmemoraba la gesta de 1950 en el Maracaná, silenció a todo un país. Tendrá que trabajar mucho Batista para armar un equipo capaz de jugar colectivamente. Las individualidades pueden ganar partidos cómo tal vez pudo suceder ayer pero a la larga los elencos bien formados terminan imponiéndose. La Celeste es eso y anoche lo demostró.     




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