De mal en peor. Si alguien pensó que esta Argentina plagada de estrellas no podía jugar peor que
contra Bolivia, anoche se dio cuenta de que estaba equivocado.
La Selección de Batista empató 0-0 con Colombia en Santa Fe,
no perdió por la gran tarea de su arquero Sergio Romero y ahora deberá ganarle a Costa Rica si no quiere quedar afuera en la primera fase de la Copa América que organiza.
Impensado.
La Selección tuvo un comienzo alentador al menos en lo que al movimiento de pelota se refiere.
Sin embargo la esperanza se desvaneció rápido. Colombia controló bien a los hombres más capaces de Argentina y el equipo de Batista se tornó confuso, con fallas a la hora de encontrar sociedades en sus jugadores y con inquietantes problemas defensivos que pusieron en aprietos al seguro Chiquito Romero.
Argentina intentó en el primer tiempo con algunos remates de media distancia y tuvo un mano a mano en los pies de Lavezzi tras un pase de Messi que resultó ser la única aparición importante en el partido de una apagada Pulga.
Sin embargo Colombia resultó siempre más peligroso y tuvo ocasiones claras para abrir el marcador (lo perdió Ramos en la boca del arco y luego
Moreno con la valla a su merced) que llegaron, entre otras problemáticas, por horrores de la zaga central conformada por Burdisso y Milito.
Colombia había sido más en la etapa inicial y continuó siéndolo en el complemento. Argentina nunca pudo reaccionar a pesar de algunos cambios de nombres y la gente comenzó a impacientarse, trasladando el nerviosismo dentro del rectángulo de juego. Los de Bolillo Gómez tuvieron varias oportunidades pero el arquero estaba iluminado.
Por Romero la Selección no sufrió una derrota que hubiese sido justa.
El lunes será el encuentro decisivo ante la Costa Rica de La Volpe. Batista tiene unos cuántos días para replantearse esquema y nombres.
Con el rendimiento de los dos partidos, solo Romero puede tener su presencia garantizada. Del resto ni Messi se salva. Todos están lejos del nivel que deberían demostrar, bajo la lupa. Como lo está el Checho, que si no logró plasmar aunque sea un mínima parte de su idea de juego en la cancha tras 20 días con el plantel completo,
está en serios problemas.
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