Pese al tridente ofensivo Domínguez -Cavenaghi -Funes Mori, lo de River en ataque fue muy pobre. El Chori estuvo bien controlado y El Torito se tiró muy atrás y así y todo participó poco del juego. Sólo el cuestionado joven delantero tuvo situaciones concretas de gol, algunas de ellas gestadas por su propia inventiva. El escaso aporte de Sánchez y Ocampos por las bandas hizo lo suyo para conspirar contra los intentos de ataque de los de Almeyda. Todo esto acompañado de las clásicas dudas de la última línea.
Ferro fue un equipo sólido en defensa, solidario en todas sus líneas para no dejar mover ni pensar a los jugadores desequilibrantes del rival, y tuvo en el volante derecho Julio Buffarini al mejor jugador de la cancha con un gran despliegue por todo su sector. En ofensiva los de Mario Gómez no produjeron mucho en la primera mitad pero sí en el segundo tiempo donde sin perder el orden se acercaron con peligro al arco defendido por Chichizola quien tuvo algunas atajadas claves.
Ferro se fue contento con el punto y con la buena actuación, sabiendo que aunque estuvo a tiro del triunfo en un par de oportunidades también se codeó con la derrota. En tanto River sigue en la punta en soledad y aún no perdió pero en estas ocho fechas se mostró como un equipo bipolar, capaz de sacar a relucir pasajes (escasos) de buen fútbol y genialidades individualidades como poca conexión entre sus hombres y ciertas flaquezas para vulnerar a equipos que le juegan con el cuchillo entre los dientes.
Fotos: Olé. Video: Muy River
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