El primero perdió con el que iba último porque fue una sombra del equipo que había tenido pasajes de buen fútbol en los últimos tres encuentros y parecía haber encontrado la regularidad que le escaseaba pese a los buenos resultados. La visita, con el debut de Teté Quiroz como director técnico, fue una formación ordenada, focalizada en neutralizar los puntos altos del andamiaje de River (Aguirre, Sánchez, Ocampos) y que supo aprovechar la floja tarea generalizada de los de Almeyda.
El primer tiempo fue casi todo de los marplatenses que sólo tuvieron déficit en la definición, materia que es la clave del porqué de su lugar en la tabla de las posiciones. River fue un conjunto que quiso pero nunca pudo, insistiendo con atravesar el campo por el medio (sector minado de camisetas verdes y amarillas) y que fue un sinfin de imprecisiones a la hora de pasar la pelota. Aldosivi aprovechó un córner a los 22' para abrir el marcador con la cabeza de Furios e irse en inobjetable ventaja al entretiempo.
El tempranero empate de River en el segundo tiempo por un penal inexistente sancionado por Pablo Díaz (la falta fue afuera del área) pareció que podía cambiar el trámite. Sin embargo, el Millonario nunca estuvo cómodo en el campo y pese a casi monopolizar la pelota no tuvo opciones claras de gol. Y Aldosivi, conforme con el resultado, se replegó bien aunque, a diferencia de la primera mitad, no pudo salir de contrataque. Cuando el empate parecía consumado, apareció Zunino para, otra vez de cabeza y tras un córner, desnivelar en favor de los marplatenses a los 39'.
Con pocos minutos por jugar, River no logró torcer el rumbo. Aldosivi se quedó con un triunfo histórico e inolvidable. Uno de los grandes del fútbol argentino cayó ante un club que en los últimos tiempos fue puro sudor y lágrimas. El Millonario tuvo (por ahora) sólo una mala tarde. Igual tendrá que replantearse como doblegar a los rivales que logran imponer el ritmo de partido que les conviene.
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