River no sólo volvió a sumar de a tres sino que también se reencontró con su fútbol. Porque aún sin ser brillante, el Millonario se pareció al de las primeras presentaciones, esas en las cuáles superaba adversidades y tras ponerse en ventaja manejaba el encuentro casi a voluntad. Lo mismo ocurrió ayer en el Nuevo Gasómetro: Gimnasia desperdició un penal en el primer tiempo (lo contuvo Chichizola adelantándose claramente) y los de Nuñez, pese a conseguir la ventaja recién en el inicio del segundo tiempo, ya no sufrieron sobresaltos.
Al conjunto de Almeyda se lo vio con las ideas un poco más claras. Firme en defensa, sin el abuso de pases a Chichizola, jugando cuando debía y/o se podía y ordenado en todas sus líneas, comenzó desde el vamos a gestar un triunfo que no reviste discusión. La impericia de Funes Mori lo privó de abrir el marcador en la primera etapa pero el propio discutido delantero le retribuyó la confianza que le dio Almeyda ante la ausencia de Cavenaghi (por lesión) con un golazo que él mismo gestó.
Gimnasia en ningún momento puso en peligro el resultado y se vio tan apático como en las últimas tres presentaciones en las cuales sólo sumó una unidad. River aumentó con un cabezazo de Juan Manuel Díaz tras un centro del Chori Domínguez (réplica del gol a Chacarita) y pudo haber aumentado cifras si se lo hubiese propuesto.
La mano de Almeyda surtió efecto. El novel DT puso a Cirigliano y Ferrero por los deficientes Domingo y Alayes y ambos (principalmente el primero) tuvieron un nivel como para ratificarles la confianza. Esto, sumado a la mano de Chichizola, la perseverancia de Funes Mori y un rendimiento parejo en líneas generales, le dibujaron otra vez una sonrisa a River, en lo que tal vez fue, por las dudas de las últimas jornadas y los condimentos extras, una de sus mejores producciones de la temporada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario