Con un estadio Mario Alberto Kempes colmado, Instituto y River cumplieron con las expectativas pese a la ausencia de goles. Tras un arranque intenso, donde se repartieron dominio y chances, la visita comenzó a monopolizar la pelota tras el cuarto de hora inicial y se convirtió en claro protagonista. Con los avances de Sánchez y Ocampos, por derecha e izquierda respectivamente, se acercó con peligro al arco local pero no estuvo fino en los últimos metros.
Instituto estuvo lejos del ambicioso 3-3-1-3 que plantea desde lo táctico su técnico Darío Franco (alumno de Marcelo Bielsa). A los de Córdoba le costó cortar el circuito de los de Almeyda en el mediocampo y cuando pudieron hacerse del esférico, no estuvieron precisos para progresar en el campo. Además mostró cierta endeblez defensiva que en una tarde inspirada de River le hubiese costado caro.
El segundo tiempo fue más parejo aunque siempre fue River el que se insinuó más peligroso y tomó los mayores riesgos. Tras la expulsión de Erpen a los 23', el local desechó definitivamente cualquier posibilidad ofensiva y la visita fue en busca de los tres puntos. Sin embargo los cambios de Almeyda, pese a ser ofensivos, paradójicamente le hicieron perder claridad a su equipo para avanzar. Así los minutos se fueron consumiendo y el empate se hizo cantado.
River demostró jerarquía ante uno de los rivales que se presume de mayor potencial. Sin ser apabullante, la diferencia de nivel entre primero y segundo fue evidente. Otra señal más (aunque quede mucho camino por andar) que el recorrido por la B Nacional puede ser menos sinuoso de lo esperado.
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