Barsa y Messi lo hicieron de nuevo. Barcelona le ganó por 3-2 a Real Madrid, su clásico rival, y obtuvo por décima vez la Supercopa de España. El argentino Lionel Messi marcó dos goles, el segundo a falta de tres minutos para el final del encuentro y el inicio de la prórroga (iban 2-2, resultado del choque de ida), dio una asistencia y fue una vez más la gran figura de la noche.
El cada vez más picante derby español tuvo un final caliente que derivó en las expulsiones de Ozil, Marcelo y Villa y con el polémico José Mourinho metiéndole un dedo en el ojo a Tito Vilanova, segundo entrenador del Barcelona.
Antes hubo un partido en el que el Barcelona no tuvo las luces a las que nos acostumbró en los últimos tiempos pero contó con los lapidarios destellos de Messi, el argentino que hace delirar a los catalanes y llorar a los madridistas. De poco sirvieron el gol cien de Cristiano Ronaldo y el tanto de Benzema que ilusionaron al Real con el alargue: la Pulga volvería a aparecer sobre el epílogo para decretar la victoria y un nuevo título para los de Guardiola.
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