River pudo terminar el peor año de su vida con una sonrisa. El Millonario venció anoche por 1-0 a Patronato de Paraná en el Monumental por la 18º de la B Nacional y finalizó el 2011 segundo, en puesto de ascenso, a dos puntos del líder Instiuto.
La imperiosa necesidad de conseguir la victoria le terminó pesando a River con el correr de los minutos. Tras una primera parte aceptable, sin demasiado juego fluido entre sus hombres pero con presencia permanente en terreno rival, vino una segunda etapa en donde comenzó lentamente a vislumbrar los fantasmas que lo persiguieron este nefasto año y casi empezó a perder un encuentro que estaba para ganar.
Pero la suerte tan esquiva en los últimos tiempos, volvió una vez a estar de su lado. Patronato perdió un gol increíble y posteriormente Carlos Sánchez aprovechó un grosero de la defensa visitante para definir con una rara mezcla de potencia y tranquilidad y devolverle el alma al cuerpo a los hinchas de su equipo.
Está claro que a River le falta encontrar regularidad. En un mismo partido atraviesa por momentos de buen fútbol con otros de zozobra generalizada, diagnóstico que le cabe también para diferenciar su rendimiento de un encuentro a otro. El equipo de Almeyda pareció ganar en solidez defensiva en estas últimas fechas pero mermó considerablemente el nivel de su mediocampo a la par del crecimiento del Chori Domínguez que igual no alcanzó para transformar en gol todas las ocasiones generadas.
Así está River hoy, con un largo camino por transitar para el ansiado retorno. Un trayecto que será sinuoso como quedó demostrado en esta casi primera rueda (resta un partido que se disputará tras el receso) si el otrora millonario no se hace fuerte mentalmente. Tal vez ese sea el aspecto que más deberá trabajar Almeyda. El punto que le falta para que "su" River sea un equipo y no un elenco que se sotiene por el nivel de sus individualidades.
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