Barcelona fue una sombra del equipo que suele deslumbrar semana a semana. Messi jugó un muy mal partido y ninguno de los hombres de Guardiola estuvo en sintonía. El Real fue práctico, presionó unos metros más arriba de lo habitual en el arranque y comenzó a conformarse y replegarse cuando Khedira abrió el marcador a los 16' de la primera mitad.
El local intentó en el segundo tiempo pero casi nunca fue ese conjunto que suele ser temible para cualquier defensa. Careció de movimiento e ideas pese a monopolizar el balón. Los de Mourinho esperaron e intentaron salir de contra pero en contadas ocasiones tuvieron chances de atacar.
El gol de Alexis Sánchez a los 23' (recién había ingresado) le puso suspenso al partido. Era imaginable una reacción del Barcelona y un bajón anímico del Real, inmerso en una racha negativa ante su clásico rival. Sin embargo no hubo tiempo: Cristiano Ronaldo le ganó en velocidad a Mascherano, eludió a Valdez y sentenció la historia.
Esta vez Real Madrid superó a Barcelona. Mourinho venció a Guardiola. Cristiano Ronaldo fue mucho más que Messi. Los triunfadores se sacaron la mufa y quedaron a un pasito de gritar campeón.
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