Barcelona hizo valer el 2-1 como visitante para acceder a las semifinales de la competencia en la que hoy estuvo lejos de su mejor versión. El Real complicó en la primera mitad pero los dirigidos por Guardiola convirtieron las ocasiones que la visita dilapidó. El 2-0 con el que finalizaron los primeros 45 minutos fue tan injusto como decisivo ante un Madrid que nunca se resignó pero cuando logró la igualdad pareció sorprendido por estar a tiro de la clasificación y mermó su rendimiento.
En una jornada que no fue la ideal en el juego, el Barcelona hizo valer otra de sus mejores armas: la tranquilidad. En ningún momento se puso nervioso pese a que los de Mourinho alcanzaron la igualdad cuando aún faltaban poco más de 20 minutos. Esta vez Real Madrid estuvo a la altura pero la alegría volvió a ser catalana.
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