Lionel Messi fue amo y señor de la victoria de Argentina por 3-1 ante Suiza al anotar los tres goles de la albiceleste en el amistoso disputado en Berna.
La magia de La Pulga y su sociedad con Agüero fueron lo mejor de una selección que volvió a mostrar los déficits de antaño: flojo nivel de juego colectivo y dudas en defensa. Suiza, sin demasiadas luces, se tornó un equipo combativo a partir de la presión y mereció tal vez llevarse otro resultado.
Argentina encontró el desnivel en el marcador sobre el final por obra y gracia de Lionel Messi que marcó así su primer triplete en la selección. Sólo por eso este partido será recordado con el paso del tiempo. El rendimiento quedará rápidamente en el olvido aunque da la sensación de que nos tendremos que acostumbrar a ver a la albiceleste con este tipo de esquemas que suelen garantizar tanto resultados positivos como espectáculos con poco brillo.
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