La idea está. La Selección Argentina igualó anoche por 1-1 ante su par de Estados Unidos en un amistoso disputado en Nueva Jersey. Más allá del resultado, el combinado nacional dejó una buena impresión, basada en el prolijo trato de la pelota, primordialmente en la primera mitad.
Los dirigidos por Sergio Batista basaron su estrategia en la posesión del balón, con pases certeros, buscando siempre la mejor opción para profundizar en ataque. Así el nivel del equipo en el primer tiempo fue de alta calidad con un Lionel Messi que se asemejó al que se ve semana a semana en el Barcelona. A La Pulga se lo vio cómodo con el esquema y exhibió una de sus mejores actuaciones en la Selección, ya que sus clásicos extraordinarios movimientos, le aportó participación grupal, asistiendo o asociándose con sus compañeros de manera más frecuente y óptima que la habitual.
Frente al dominio del juego no extraño que Argentina se fuera al descanso en ventaja gracias al gol de Cambiasso. Sin embargo esa conquista llegó sobre el epílogo de la etapa (41’) lo que deduce que los de Batista no cristalizaron esa diferencia en el marcador. La razón fue la impericia de quienes ocuparon los puestos más ofensivos (Lavezzi, Di María), sector que sintió la ausencia de un nueve más típico, es decir, un goleador de pura cepa.
En el segundo tiempo, Argentina mantuvo su premisa pero no fue tan claro como en la primera etapa. Estados Unidos, demostrando poco y nada, logró la igualdad y desnudó cierta endeblez en la faz defensiva albiceleste. Tras ello los de Batista perdieron la paciencia y de ahí a elaborar juego con nitidez, hay un paso. Más allá de esto, el conjunto nacional mereció ganar y demostró que la línea de juego que marca su técnico va tomando forma. Resta dilucidar (seguro a Batista también) si todos los intérpretes son los adecuados para plasmar con mayor fluidez ese plan.
Video: Cancha Llena. Foto: Olé
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