Defensa y Justicia planteó desde el vamos un encuentro lejos de su arco, con presión asfixiante en las mismísimas salidas del fondo de River y con mucha movilidad y criterio cuando tenía la pelota. Ni el tempranero gol de Ocampos (2'), producto de un error defensivo, condicionó anímicamente a los de Ricardo Rodríguez que se recompusieron en el marcador apenas seis minutos después.
River era maniatado cómo si no supiera el estilo de Defensa, el mismo que había padecido en el cotejo de la primera rueda donde también mereció no sumar unidades. Cirigliano y Ponzio eran bien tomados y complicaban los intentos del Millonario por progresar en el campo. Encima cuando podía liberarse de la pegajosa fricción, equivocaba el camino, centrando mucho el juego y utilizando poco las bandas.
Lo más grave de esto es que, pese a que el trámite era desfavorable para River, Defensa exhibía claramente sus puntos débiles. El achicamiento entre líneas de los de Varela era tal que su defensa quedaba muchas veces cerca de mitad de cancha incluso cuando River tenía la pelota. Pero el Millonario fue pocas veces capaz de aprovechar esto en la primera mitad, con pocos pases profundos, cambios de frente o corridas individuales aprovechando la gran brecha entre los cuatro del fondo y el arquero local.
La segunda mitad no cambió la tónica. El juego fue de igual intensidad y Defensa siempre fue más. River otra vez no aprovechó ponerse tempranamente arriba en el marcador (Trezeguet, a los 4') y exhibió falencias tremendas en la última línea. El local lo empató, pasó al frente pero desde ahí comenzó a sentir el desgaste físico y sufrió una igualdad que ya sería definitiva.
A Defensa le quedará el gusto amargo de que otra vez mereció ganarle a River y no pudo hacerlo. Corrigiendo los errores en defensa que revivieron una y otra vez a su rival, parece un equipo temible. Para los de Almeyda lo único positivo es el resultado: en definitiva le descontó un punto a Instituto. El resto es trabajo para la semana. Pese a momentos de buen juego en partidos anteriores, con los elencos de mayor nivel River sufre y evidencia que sigue siendo un cúmulo de algunas muy buenas individualidades pero no un equipo con todas las letras.
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