Eduardo Diego Schlegel nació en Córdoba hace unos 55 años, pero rápidamente se mudó con su familia a "la feliz", donde conoció a "Mari" Signorello, su actual esposa y madre de sus hijos, Víctor y Vanesa. Luego de un trágico naufragio en altamar sucedido en el año 2000, del que solamente sobrevivieron él y otro de los tripulantes de la lancha "Virgen del Rosario", Schlegel decidió irse del país junto a su familia. Fue poco antes del estallido de la crisis del 2001, y primero vivieron en Alemania pero por las complicaciones del idioma volvieron emigrar y eligieron Castelldefels como lugar para establecerse.
"Llegamos por un amigo y no bien pudimos abrimos una casa de venta de comidas argentinas a domicilio. Fue despacito: tardamos seis años en armarlo. Le pusimos 'El ítalo-argentino'" cuenta Shlegel. El comienzo fue difícil pero el negocio se asentó y entre los numerosos clientes comenzaron a tener uno muy especial.
"Empezaron a pedir día por medio sin que nosotros supiéramos quiénes eran. El chico del delivery me dijo una vez que le parecía que era la casa de (Lionel) Messi a la que llevaba comida. Y un buen día salió él mismo a recibir el pedido y el chico no lo podía creer. Incluso se sacó una foto que hoy tenemos colgada en una pared del restaurant", relata Diego.
A partir de ahí distintos acontecimientos resultaron más comprensibles: "El día del primer Balón de Oro hicieron un pedido grande, para varias personas. Compraron entrañas y unas milanesas, que a Lío le gustan mucho" dice Shlegel. Y su esposa, "Mari" Signorello, cuenta otra anécdota: "Otro día apareció una mujer que yo había visto por la tele la noche anterior. Le dije 'yo a usted la conozco' y se reía... Era la madre de Lionel (en una de sus habituales visitas), vestida como cualquier ama de casa. Es muy sencilla y simpática. Son gente genial. Su novia, Antonella, también... Siempre viene a buscar la comida del almuerzo, porque al mediodía no tenemos servicio de delivery". Sin embargo Messi nunca asistió al local.
"Es un orgullo. Lionel es un orgullo. No tenemos conciencia de quién es. Para nosotros es un cliente más porque él es así. Es un chico argentino que juega maravillosamente y no hacemos alarde de eso ni nada. A mí ni siquiera me gusta el fútbol pero miro al Barça sólo por ver a Lío", confiesa el gastronómico que también le vendía la comida a Ronaldinho cuando jugaba en Barcelona y residía en Castelldefels. "A él lo conocimos porque teníamos amigos en discotecas. Siempre nos pedía empanadas argentinas, le encantaban... Era un tipo divertido". define Shlegel al brasileño.
Fuente: Diario La Capital
1 comentario:
Yo me sentiría orgulloso si Messi viene a mi restaurant a comer!! Lo más cerca que estuve de Messi es a 25 cm....de la tele!! Les paso un dato copado: si miran las ofertas en Mar del Plata encontrarán todos los mejores lugares para comer en Mar del Plata. Espero que les sirva. UN saludo
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