Chicago se imponía por 1-0 por un gol conseguido a los 39' del segundo tiempo y se aseguraba el pasaje a la segunda categoría del fútbol argentino por haber obtenido el mismo resultado en el cotejo de ida de esta Promoción. Chacarita necesitaba dos goles para no ceder su lugar en el Nacional B. Parecía difícil con tan poco tiempo por jugar. Parecía y lo fue, aunque dependió de sí mismo para llegar a la salvación...
El Funebrero llegó a la igualdad a falta de dos minutos para el final del tiempo reglamentario a través de Tellas. Antes se había quedado con uno menos por la expulsión de Saldivia. La tensión, los nervios se adueñaban de la escena. Los sufrían los protagonistas y los hinchas de Chacarita (no hubo público visitante). Carboni, autor del gol de los de Mataderos hoy y también en la ida, se perdió el segundo. Y el local, que estaba herido de muerte, renació por una mano de Testa: penal que definía el encuentro y significaba el cielo o el infierno; la gloria o el ocaso.
Daniel Monllor, arquero de Chicago que había quedado libre del club de Mataderos seis meses atrás y estuvo cerca de abandonar el fútbol, antes de ser reincorporado por la misma institución, se calzó el traje de héroe. Sin noción sobre cómo pateaba Toledo, el ejecutor del penal, le detuvo el remate, quedándose con la esperanza de Chacarita (y de su DT, Salvador Pasini, quíen creyó que había sido gol) y dándole el ansiado ascenso al Torito tras cuatro años en la B Metro. Chaca vuelve a esa categoría luego de 18 años. Todo por un final de película digno de mostrar a quienes no entienden por qué el fútbol es tan maravilloso.
Descendió Brown de Madryn: Crucero del Norte al Nacional B
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