“Por mi relación con la prensa y los hinchas, muchas veces sentí que, a los ojos de los demás, todo lo que conseguí fue demasiado con relación a mi talento”. Con esta declaración de Nelson Vivas a la revista El Gráfico en su edición de octubre del 2004 podemos sintetizar porque se ganó un lugar en esta sección. Nunca fue querido por periodistas ni por hinchas sin embargo fue indispensable para varios técnicos.
La historia de Nelson David Vivas, el “Chango”, comenzó el 18 de octubre de 1969 en San Nicolás. De chico demostró sus dotes (?) con el esférico y, a pesar que le gustaban la arquitectura y la bioquímica, comenzó a jugar en Somisa de su ciudad. El destino lo depositó en Quilmes donde disputó en la temporada 91/92 35 partidos, convirtiendo un gol. Fue el efímero paso del “Cervecero” en Primera en los noventa. Retrocedió al Nacional B y jugó 78 partidos, marcando 4 goles, entre 1992-94. Según el propio Vivas fue su mejor rendimiento en toda su carrera. Paso a Boca, donde desplazó a Chiche Soñora de la banda derecha de la defensa durante la era de Menotti. Fue muy resistido por los hinchas sin embargo su andar no se detenía: era una de las sorpresas en la primera convocatoria de Passarella para la Selección.
En el xeneixe jamás fue un indiscutido. Así y todo jugó con regularidad y siguió en la selección a tal punto de disputar las copas América de 1995 y 1997. En Boca totalizó 86 partidos y marcó 3 goles hasta que llegó el Ñol Solano y emigró, en enero de 1998, al Lugano de la 2º división Suiza. A partir de ahí continuó su periplo futbolístico en Arsenal de Inglaterra, Celta de España e Inter de Italia. Sin destacarse en ninguno, igual fue un “mimado” del Loco Bielsa que lo incluía en cada unos de sus llamados a la celeste y blanca por su “facilidad para desempeñarse en varios puestos de la defensa” y por “no bajar nunca los brazos” según Nelson. Por ese tiempo se recuerda un “olé, olé, olé Vivas” cuando se cruzó feo con Roberto Carlos en un Argentina- Brasil en River y cuando amagó pegarle una piña a Rivaldo, situación que recuerda con orgullo y que lo que lo llevó a no saludarse más con el brasileño a pesar de que en Milán vivían en el mismo edificio y que entre los hijos de ambos eran amigos.
Una lesión lo marginó del Mundial Japón- Corea 2002 y a mediados de 2003 llegó la hora de volver al país: River. Allí recibió más puteadas de lo que jugó. Su rendimiento fue horrible y se lo recuerda por pegarle una trompada al pibe Sambueza por meterle un caño en una práctica. “Era innecesario el caño” se justificó. Estos hechos lo llevaron a retirarse del fútbol en octubre de 2003, sin embargo quedaba más.
El año siguiente lo encontraba en Quilmes, “su” club. Volvió a jugar ya que lo fueron a buscar y consideró ingrato decir que no. Jugó el torneo y la Libertadores pero se fue por la puerta de atrás enojado con los dirigentes. Hoy es ayudante del Cholo Simeone en Estudiantes, asegura que le contaron un chiste de Bielsa y confesó ser obsesivo, meticuloso, “al punto de ordenar la heladera como góndola de supermercado” (?)
LA GENEROSIDAD DEL FUTBOL
Requisitos básicos para formar parte de esta sección
- Haber jugado en clubes grandes y/o en Europa, a pesar de no ser un jugador destacado o de virtudes discutibles.
- Jugadores que física y futbolísticamente no daban para más y, en vez de retirarse, siguieron “jugando”.
- Técnicos que con escasa experiencia y/o éxitos llegaron a ocupar el cargo en clubes importantes.
- Técnicos que, a pesar de reiterados fracasos, continúan dirigiendo.
Esta sección, aunque parezca lo contrario, está hecha con el mayor respeto posible y representa la humilde opinión de un tipo al que le gusta el fútbol. Cada jugador o técnico que aparecerá en la misma es “testeado” previamente, es decir: varias personas tienen el mismo pensamiento. No se niega alguna virtud en las personas que aparecen pero se pondrá en evidencia el porque son elegidos. Gracias.
YA FUERON HOMENAJEADOS: JUAN ESNAIDER - MAXIMILIANO LOPEZ
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