DINAMICA DE LO IMPENSADO

Un equipo consiguiendo la ansiada clasificación. Sus hinchas festejando el pasaje a los cuartos de final, cantando, gritando hasta el extasis. El rival desconcertado, sorprendido, liquidado por no conseguir ese objetivo. Sus seguidores estallando en insultos al aire o por dentro, opinando si tendría que haber ingresado sutano o mengano, criticando la actitud de un jugador en especial o de todos los que estaban dentro del campo. Todo puede cambiar en el fútbol. Los primeros terminaron siendo los de San Lorenzo, los segundos los de River. Pero un rato antes se daba lo contrario. Era el Millonario el que se imponía, sin jugar bien pero con autoridad. El Ciclón, a pesar que mantuvo siempre la tranquilidad, que no se desesperó en el plano estrictamente futbolístico, veía esfumarse su gran sueño copero con dos irresponsabilidades (las expulsiones de Bottinelli y Rivero) incluídas. Sin embargo, en minutos fue inversamente proporcional el derrumbe de los de Simeone con como el resurgimiento de los de Ramón. Así el Cuervo sigue. Una noche con todos los condimentos que puede tener un partido de fútbol, demostrando porque es tan maravilloso. El que estaba muerto resucitó, el que vivía en plenitud se enterró para la posteridad.