El Mundial 2018 comenzó con una fiesta de goles para el anfitrión. El local le ganó fácilmente, casi sin proponérselo, a la débil selección dirigida por el argentino Juan Antonio Pizzi.
Este resultado fue la mayor goleada en un partido único inaugural en 84 años: en 1934, Italia goleó 7-1 a Estados Unidos en el primer encuentro (se destaca 'partido único' porque en Suiza 1958 se disputaron cuatro partidos inaugurales al mismo tiempo. En Laussane, Yugoslavia venció 1-0 a Francia; en Zurich, Austria terminó de la misma manera frente a Escocia; en Ginebra, Brasil goleó a México 5-0 (ostentaba el récord hasta este jueves); y en Berna, Uruguay había superado a Checoeslovaquia por 2-0.
Además nunca en la historia de los Mundiales se había convertido un tanto de tiro libre en el partido inaugural. Golovin, autor del 5-0, rompió ese maleficio. Y Cheryshev se convirtió en el primer suplente de toda la historia en marcar un gol en el partido que abre la competencia. Y encima, hizo dos (el 2-0 y el 4-0). Fueron además sus primeras conquistas en la selección rusa, lo que constituyó otra marca que dejó el encuentro: con Gazinsky fueron los primeros contabilizando todas las copa del mundo que marcaron su primer gol con su selección en el partido que inicia el máximo torneo.
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