Había que ganar. No importaba cómo. River necesitaba los tres puntos y tenía que conseguirlos sí o sí. Y lo logró. Sufrió, jugó mal y hasta se podría decir que no estaba mal si ganaban los correntinos. Pero la victoria quedó en Nuñez. El agónico 2-1 le devolvió el alma al cuerpo a los hinchas Millonarios y la certeza de que el ascenso no está concretado pero sí a un paso.
Le costó sangre, sudor y lágrimas a River. Almeyda dispuso un planteo ofensivo con 4 delanteros pero no le dio resultado y el equipo quedó descompensado atrás. La pelota no le llegaba con claridad a Trezeguet y Cavenaghi (los hombres de área) y Villalva y el Chori Domínguez, ganaban y perdían por los costados. El medio no estaba preciso y los defensores sufrían quedando mano a mano con los atacantes de Boca Unidos que desperdiciaron cuatro situaciones cara a cara con Vega que probablemente hubiesen dictaminado otro desenlace.
A River se le fueron nublando las ideas con el correr de los minutos y los nervios propios y de los hinchas se reflejaban en un rendimiento dentro del campo cada vez más opaco. Flotaba la sensación de que la visita podía ponerse en ventaja en cualquier momento aprovechando el desorden y la desesperación local. Pero no fue así. Y Ocampos, recién ingresado, transformó en gol la primer pelota que tocó a los 31' del segundo tiempo. Parecía que River respiraba. Parecía...
Sólo 5 minutos después del gol aliviador, aparecieron otra vez los fantasmas: Fredrich convirtió el empate. El Monumental era otra vez una caldera y revivía escenas tantas veces vistas en los últimos tiempos. Sin embargo apareció Funes Mori. Ese delantero de movimientos interesantes y de goles increíblemente desperdiciados, se transformaría en el héroe impensado. Con frialdad, se acomodó la pelota tras un cabezazo-pase de Trezeguet y decretó la victoria.
River está a 180 minutos de volver a Primera. Si los nervios no lo traicionan, se quedará con un ascenso largamente merecido. Porque si bien es cierto que en esta campaña ha tenido altos y bajos en el rendimiento, desde el amanecer de la competencia estuvo ahí arriba. Muchos pretendían que a esta altura los de Nuñez ya hubiesen ascendido, con 10 puntos de ventaja sobre su más inmediato perseguidor. Pero si no fue así, debe ser por la notable campaña de Central, Instituto y Quilmes con números no habituales para el certamen. River tiene 70 unidades y a dos fechas del final le sacó 16 a su rival de ayer que marcha quinto. A tener paciencia, que el Millonario no ha hecho tan mal las cosas.
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