Se podría se reiterativo y hablar de los porqués de
la salida definitiva de Ariel Ortega de River. El jujeño
tropezó varias veces con la misma piedra y
colmó la paciencia del mundo riverplatense más allá de tener una adicción que lo condena. Sin embargo, para los nostálgicos, desde
EB preferimos quedarnos con el recuerdo de ese chango que llegó desde el norte argentino para cumplir el sueño de jugar con la camiseta que amó desde pibe y convertirse en ídolo de los hinchas. En esta nota de la Revista El Gráfico, edición nº 3787 del 5 de mayo de 1992 (click en la imagen para ampliar), el Burrito contaba su historia tras una destacada actuación en un Superclásico, el primero en su carrera. Una pena que el final no se haya asemejado a aquel comienzo.
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