Cuando los dirigentes de los clubes realizan mal las cosas, no hay forma de que no se vea reflejado en los resultados deportivos. Le pasó a Racing, le está pasando a River y lo vienen padeciendo hace años Central y Gimnasia.
Malas decisiones a la hora de comprar y vender jugadores, cambios de entrenadores, soberbia y violencia de parte de los que comandan, son solo una pequeña muestra para explicar el porqué Central y Gimnasia disputaron la Promoción dos años consecutivos. El resultado volvió a sonreirle a los platenses pero fue esquivo para los rosarinos que descendieron al Nacional B tras 25 años en la máxima categoría.
Más allá de permanencia y descenso, ambas instituciones afrontan momentos cruciales para cambiar su suerte. El Lobo seguirá penando por quedarse en la A por lo que deberá pegar el golpe de timón que no dio en esta misma época el año pasado y el Canalla, con un montón de problemas económicos a cuestas, tendrá que ponerse el overol para volver a ser, para volver a ocupar un lugar que por historia (está claro que no por presente) merece.
Sería muy injusto no mencionar a All Boys. Un proceso que arrancó en Primera B y que a pesar de algunos nubarrones (su técnico desde entonces, José Romero, estuvo en la mira algunas veces) se mantuvo por la idea clara de su presidente, Roberto Bugallo. Una clara antítesis de lo que viene siendo Central (y Gimnasia y varios más) hace años.
Tal vez esto le sirva a los clubes que sepan aprovecharlo. Los que están en el ascenso, para ver que con coherencia y buen manejo se puede llegar lejos. Y los que están en Primera tambaleando, para no llegar a ser Central o Gimnasia en un futuro no muy lejano. Entre estos últimos está River, en un momento clave para torcer un rumbo que lo puede depositar en un descenso inimaginado tiempo atrás.
Malas decisiones a la hora de comprar y vender jugadores, cambios de entrenadores, soberbia y violencia de parte de los que comandan, son solo una pequeña muestra para explicar el porqué Central y Gimnasia disputaron la Promoción dos años consecutivos. El resultado volvió a sonreirle a los platenses pero fue esquivo para los rosarinos que descendieron al Nacional B tras 25 años en la máxima categoría.
Más allá de permanencia y descenso, ambas instituciones afrontan momentos cruciales para cambiar su suerte. El Lobo seguirá penando por quedarse en la A por lo que deberá pegar el golpe de timón que no dio en esta misma época el año pasado y el Canalla, con un montón de problemas económicos a cuestas, tendrá que ponerse el overol para volver a ser, para volver a ocupar un lugar que por historia (está claro que no por presente) merece.
Sería muy injusto no mencionar a All Boys. Un proceso que arrancó en Primera B y que a pesar de algunos nubarrones (su técnico desde entonces, José Romero, estuvo en la mira algunas veces) se mantuvo por la idea clara de su presidente, Roberto Bugallo. Una clara antítesis de lo que viene siendo Central (y Gimnasia y varios más) hace años.
Tal vez esto le sirva a los clubes que sepan aprovecharlo. Los que están en el ascenso, para ver que con coherencia y buen manejo se puede llegar lejos. Y los que están en Primera tambaleando, para no llegar a ser Central o Gimnasia en un futuro no muy lejano. Entre estos últimos está River, en un momento clave para torcer un rumbo que lo puede depositar en un descenso inimaginado tiempo atrás.
Comentarios
Cuesta ver a un equipo como el rosarino en la segunda división. Pero también me gusta premiar a los proyectos y All Boys lo tiene. Lo tiene más que merecido el "Albo"
Saludos!
Migue
saludos
ABrazo Mario.