Le alcanzó con un tiempo a River para vencer 2-0 a Boca. El equipo de Passarella tuvo una actitud repetida en las últimas ediciones de los clásicos: salió a morder y luchar cada pelota como si fuera la última, agregandole algunos pasajes de buen fútbol y le ahogó a su rival toda posibilidad de creación. Boca debe haber jugado uno de sus peores clásicos en mucho tiempo. Prácticamente no inquietó a Carrizo y cuando en el segundo tiempo tenía que matar o morir tuvo una pasividad tan asombrosa como preocupante de cara al futuro. La expulsión de Banega sobre el final de la primera mitad no sirve como excusa para tan pobre nivel. River tuvo una actuación redonda y si no aumentó las cifras fue por su propia voluntad. Falcao y Ortega de penal fueron los autores de los goles. El jujeño fue la gran figura. Baldassi tuvo un correcto arbitraje. La victoria no solo le permitió a River acallar momentaneamente las críticas sino mantener una mini racha positiva ante su clásico rival con el que no pierde en torneos oficiales desde el 22 de mayo del 2005 (2-1 en La Boca) sumando en ese lapso dos victorias y tres empates.
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