Francia arribó hoy a su tercera final en Copa del Mundo al superar por 1-0 a Bélgica en un emotivo pero cerrado partido que se disputó en el Krestovsky Stadium. El gol fue de Samuel Umtiti a los 6' del segundo tiempo, de pelota parada como 70 de los 158 tantos que se marcaron en lo que va del Mundial.
Francia tiene grandes individualidades (Griezmann, Mbappé, Pogba) pero fundamentalmente es un equipo que muestra sus credenciales desde atrás hacía adelante. Hoy no fue la excepción: el arquero Lloris fue clave con varias apariciones, la defensa anuló a sus rivales mas desequilibrantes una vez que se consumó la ventaja y el medio ayudó en la contención y en la elaboración de situaciones de gol (que no pudieron ser concretadas) para definir la llave.
Bélgica realizó un gran primer tiempo, estuvo a a la altura de las circunstancias. El conjunto de Roberto Martínez bloqueó a su rival y pese a sufrir algunos desacoples defensivos y ocasiones de los Blues, manejó mas y mejor la pelota y fueron sus chances las mas claras para romper el cero.
El gol marcó el desarrollo posterior del encuentro. Francia cedió terreno y tenencia apostando al contragolpe. Los diablos rojos intentaron, sin desesperarse, pero encontraron una muralla que impedía llegar a los últimos metros y abastecer a Lukaku. Y así fueron los de Deschamps los que estuvieron a paso de una nueva conquista.
La fiesta hoy fue de Francia. Y viendo sus atributos y su andar y comparándolo con el de los posibles rivales (Inglaterra-Croacia), tiene todo como para prolongarla el domingo.
Semifinal 1:
Francia 1 Bélgica 0
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