River jugó muy mal en todo el partido, pero principalmente en la primera mitad. En la segunda parte también careció de generación de juego y algunos desacoples defensivos pero al menos mostró ímpetu como para intentar ganar, premio que consiguió aunque resultó excesivo por lo que dictó el desarrollo del encuentro.
Central tuvo un buen primer tiempo en donde presionó a River, no lo dejo moverse con tranquilidad y manejó la pelota. Sin embargo careció de profundidad y eso lo terminó pagando en una segunda parte en la que su planteo no fue tan efectivo.
Los aciertos de Ramón Díaz en los cambios y la oportuna aparición de Federico Andrada, máximo goleador histórico de las inferiores, le dieron a River tres puntos imperiosos tras el traspié de la primera jornada ante Gimnasia. Quedó en deuda con el juego y a la espera del regreso de Mora y la habilitación de Teo Gutiérrez, sus refuerzos aún no mostraron nada, con el agravado de que anoche debutó Fabbro, con un muy mal rendimiento y un planchazo que le valió la tarjeta roja.
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