El caos que gobierna a River Plate en la actualidad era muy difícil de pronosticar si retrocedemos unos pocos años atrás. Más allá del notorio crecimiento institucional y futbolístico de su “vecino” Boca Juniors de un largo tiempo a esta parte (desde 1998, más precisamente con la llegada de Bianchi), el club de Nuñez no dejaba de sumar, desprolijidades varias al margen, aunque sea un título mal llamado de “cabotaje” por año. Hoy suma dos años sin campeonatos y el futuro no parece color de rosa, más bien se tiñe de negro. Sumergido en una grave crisis económica, el responsable de tamaña tormenta no es más ni menos quien comanda el barco: el presidente José María Aguilar.
Los “aciertos” del Presidente:
- River se consagra campeón del Clausura 2002 y decide no renovar el contrato al técnico dueño del título y más ganador de la historia: Ramón Díaz.
- Lo reemplazó con Manuel Pellegrini, entrenador ganador con San Lorenzo pero desconocedor del riñón riverplatense con todo lo que ello implica. Ganó el Clausura 2003 pero nunca se metió en el corazón del hincha. Se fue tras fracasar en el Apertura 2004 y en todas las competencias internacionales jugadas, con final pérdida incluida ante el modesto Cienciano por la Sudamericana.- Vació la inferiores, primera echando a Delem y luego vendiendo o prestando jugadores sin haberse puesto la camiseta del club en Primera o con pocos partidos jugados (Menseguez, Osmar Ferreyra etc.). La completó con la “sabia decisión” de vender porcentajes de 16 juveniles, entre ellos Gonzalo Higuaín, Augusto Fernández, Oscar Ahumada, René Lima, Diego Buonanotte, y Juan Pablo Carrizo, a cambio de solo 3 millones de dólares cuando se conoce que varios de esos jugadores pueden multiplicar varias veces el valor de reventa.
- Compró jugadores “falopa” (como los llamó Passarella) en vez de invertir en pocos pero buenos tras las millonarias ventas de Mascherano y Lucho González: Diego Galvan, Oberman, Talamonti etc. Sin olvidarnos sus “antecesores”: Máximo Lucas, Escalona, Virviescas, Fernando Crosa, Jersson González, Del Campo, C. Alvarez y mejor no seguir haciendo nombres porque se pueden infartar corazones sensibles…
- Vendió a toda costa o permitió que se use a River como vidriera y no logró así ni disminuir el pasivo ni permitir el crecimiento futbolístico de la institución: Diogo, Leandro Fernández, Johnatan Santana, Juan Cáceres etc.
- Un derrumbe pocas veces visto en materia de técnicos: renuncia de Astrada y salida de Merlo echado por los jugadores. En ambas oportunidades no apareció ni por asomo el nombre del “Gran Ramón” entre los posibles reemplazantes y el presi demostró poca cintura para manejar las situaciónes.
- Con la Libertadores 2006 a medio camino no fue capaz de retener al Rolfi Montenegro, a Santana, Cáceres casi no juega el decisivo encuentro ante Libertad y al final se fue igual y trajo a Belluschi y Ortega que, aunque River clasificara, no podían ser incluidos en la lista de la Copa por haberla jugado con Newell’s y que, además, valieron entre los dos algo así como 9 millones de pesos, mientras se le debería mucha plata al plantel. - Días atrás Passarella tomó la inentendible decisión de separar a Germán Lux del plantel, un jugador del semillero riverplatense. Lejos parecen los tiempos en que Aguilar quería hacerle un contrato por diez años y el propio Passarella se preguntaba como podía quedar marginado del Mundial. Es cierto que el arquero tuvo un 2006 para el olvido en todos los aspectos, pero aún es joven. Además River debe desprenderse así de un capital y se ve en la obligación de invertir en un arquero que, de no mediar una posible venta de Carrizo, sería suplente.
- Entre las tratativas por refuerzos figura la posibilidad de ceder como parte de pago a Federico Higuaín sin darle la posibilidad de mostrarse en River al hermano del Pipita tras su excelente paso por Nueva Chicago.
- Todos estos “aciertos” concluyen con que el pasivo de River cuando asumió por primera vez Aguilar era de 51 millones de pesos, que él prometio sanear el club y que hoy la deuda ascendería los 100 millones.
Seguramente habrá otros errores durante la gestión de José María Aguilar y también algunos aciertos reales. Sin embargo nada de las cosas positivas que se pueden marcar pueden tapar la sequía de campeonatos y de las arcas del club que se ve sumergido en una crisis impensada en una institución que vivió codeándose con la gloria.
1 comentario:
Pellegrini es un gran entrenador y me parece q se lo condenó injustamente.
En cambio a Astrada se lo bancó demasiado por ser del riñon del club.
COn Lux hubo algo raro, sino no se entiende su salida.
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